Una flota de última generación por generaciones
Un avión de combate moderno tiene una vida útil de entre 30 y 40 años aproximadamente, y en un entorno de combate moderno, en el que las amenazas existentes evolucionan y nuevas amenazas emergen, el caza debe tener la capacidad de adaptarse constantemente a nuevas tecnologías. Saab ha resuelto este desafío diseñado el Gripen para evolucionar al recibir actualizaciones frecuentes.
La adaptabilidad fue uno de los factores más importantes que se tuvieron en cuenta al momento de diseñar el Gripen. La arquitectura de aviónica abierta significa que un operador puede mejorar las capacidades del caza sin tocar su hardware. Eso asegura actualizaciones rápidas y rentables que son fáciles de gestionar.
La aviónica dividida del Gripen separa las funciones críticas de vuelo de las funciones tácticas de misión. Lo que da como resultado una fácil integración de nuevas funciones sin la necesidad de volver a certificar el software crítico de vuelo. Esto significa que, por ejemplo, los sensores, las computadoras y las pantallas, entre otros, pueden actualizarse constantemente para enfrentar las últimas amenazas.
Como consecuencia de esta flexibilidad incorporada, agregar una nueva función a un caza Gripen se compara con agregar o actualizar una aplicación en un teléfono inteligente. “Todo esto le permitiría a Colombia tener una flota de última generación durante las próximas décadas, con actualizaciones continuas, manteniéndose a la vanguardia de la tecnología durante todo el ciclo de vida de la flota, para hacer frente a las amenazas más modernas”, afirma Pierre Farkas, Director Ejecutivo de Gripen para Colombia.
La combinación entre los sistemas de última tecnología que ofrece el Gripen en la actualidad y su capacidad de aviónica dividida, hace del Gripen un caza a prueba del futuro.